miércoles, 28 de octubre de 2015

La noche de las ánimas

Hola a todos.
Como se acerca Halloween, hoy en vez de mostraros algún trabajo hecho por mi, os voy a hablar de una tradición que se da en algunos pueblos de Aragón.

En la noche de las ánimas, noche de Todos los Santos, del día 1 al 2, es tradición en Aragón el guiar a las almas en su camino hacia la muerte.

Por ejemplo, la localidad de Radequero, Huesca, tiene la costumbre de vaciar y esculpir calabaza con caras burlonas, que luego son iluminadas con velas en el interior. ¿Os suena? No se trata de las calabazas americanas de Halloween de origen irlandés, sino de una tradición de este pueblo cuyos orígenes se pierden en el tiempo.
Diferencias entre una tradición y otra:
  • Las calabazas de Radiquero tienen un aspecto diferente a las calabazas anglosajonas, son de color verde y morfología alargada. 
  • La celebración no es en Halloween sino en la Noche de las Ánimas.
  • El significado es totalmente distinto. Mientras que en la tradición anglosajona las calabazas sirven para señalar o caracterizar a un muerto, en Radiquero sirven para guiar a las almas.
En Radiquero se crea un pasillo de calabazas iluminadas a los dos lados del camino del cementerio, para que las almas no se pierdan y así no molesten a los vivos. El objetivo es echar del pueblo las ánimas y tenerlas lejos en un día en el que los planos de la vida y de la muerte se acercan demasiado.

En Trasmoz, Zaragoza, se va en procesión con las calabazas iluminadas hasta el cementerio, mientras se cantan Gozos para las ánimas benditas. Se suele llevar una calabaza con su correspondiente vela por difunto, ya que se cree que si una de las almas se queda esa noche sin luz, puede perseguirles toda la vida.

En Aragón, las velas solían estar presentes en las casas durante la noche de los difuntos. Se encendían en casa por todas las almas perdidas en la familia. Esto se hacía por el temor a la posible presencia en el exterior de la casa de almas perdidas que pudieran arrastrar a los vivos hacia la oscuridad.
Cuando yo era pequeña, esta noche mi abuela siempre ponía en la capilla de su casa, un barreño grande con un montón de mariposas de aceite por los difuntos de la familia. Me decía que esa noche no había que hablar de muertos porque los llamabas, esa noche se recordaban a los seres queridos con esas mariposas que los guiaba hacia el mundo de la muerte. Porque en esta noche era muy fácil ir del mundo de los vivos al de los muertos, y viceversa. De esta manera, entre lo que me contaba mi abuela y el chisporroteo que hacían las mariposas al apagarse, esa noche cualquiera pegaba ojo.
Mariposas de aceite


Pero no todos se quedaban en casa. En Moyuela, Zaragoza, un grupo de jóvenes se quedaba despierto en la torre de la iglesia par tocar la campana de forma continua y con un  ritmo determinado durante toda la noche. De esta manera, con el sonido ahuyentaban a las ánimas. Para no quedarse dormidos, contaban cuentos autóctonos de miedo, las llamadas retóricas de los muertos. Como la de un joven que queriendo probar su valor entre sus amigos, se acercó a las puertas del cementerio en la Noche de las Ánimas. La ropa se le enganchó en un clavo y fue tanto el temor que sintió, pensando que alguna alma perdida le había cogido, que murió de miedo.
Esta historia nos recuerda que es inadecuado acercarse al cementerio tal noche. Los cementerios son lugares prohibidos para los vivos en la Noche de las Ánimas.

Algunas tradiciones populares dicen, que en esta noche se pueden  ver sobre algunas tumbas los fuegos fatuos o follets o fuegos de duendes. Se piensa que estas llamas son manifestaciones de almas malignas o de algún espíritu que vaga entre el cielo y el infierno.

Pero no todas las tradiciones aragonesas de la Noche de las Ánimas están orientadas a evitar el contacto con los muertos, sino la propia celebración de la fecha sirve para establecer algún tipo de relación con el mundo de los muertos. De hecho, existe en Aragón una forma peculiar de contactar con las almas.
Se deja en una habitación un plato lleno de judías sin cocer  durante la Noche de las Ánimas, el espíritu del difunto con el que se quiere contactar separará del plato tantas judías como misas necesite para salvarse.

Como veis son muchas las tradiciones que hay en nuestra tierra y que por desgracia se van perdiendo.

Hasta el próximo día.
La fuente consultada para este post es la página web identidadaragonesa.wordpress.com

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