Hacía mucho que no cogía las agujas de punto. Cuando tenía unos ocho años, mi abuela fue la que me enseñó, pero sólo a hacer punto bobo. (Fue ella quien me mostró todo este mundo de las labores, y de la manera que me enseñó, hizo que fuera un mundo que me fascina. En otro post os comentaré las enseñanzas de mi abuela.)
Pero vamos al grano de este post.
A mi hermana le he hecho un jersey de vainicas sin mangas, con escote. Elegí una lana de seda. Ha quedado muy bonito, pero me ha dado mucho trabajo. Cuando se me escapaba un punto con esta lana, empezaba a escaparse el resto y ha hacerse carreras. Mirar el resultado.
A mi madre le he hecho una chaqueta de empanadillas, que le cae un poco de manga. Está hecha de cuerdas de algodón. El punto de empanadillas es el siguiente que se hace al de las vainicas.
Estas ideas me las ha enseñado Mª José, la dueña de La casa del punto.
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