¿Estáis ya preparados para Halloween y para Todos los Santos? En mi casa sí. Ya tengo la decoración, el disfraz y las chuches para la diversión, y las palomillas de aceite y las flores para lo religioso.
A un día de Halloween y dos días de Todos los Santos quiero hablaros de estas dos fiestas tan opuestas para algunos y sin embargo tan iguales. Son dos fiestas donde se celebra lo mismo, la muerte, pero una pagana y otra religiosa.
Hoy sólo os voy a contar el origen de ambas fiestas. Símbolos y demás tradiciones os lo contaré en otro momento.
El día de Todos los Santos es una tradición católica instituida en honor a Todos los Santos, conocidos y desconocidos, según el Papa Urbano IV. La enorme cantidad de mártires cristianos que produjo la persecución de Diocleciano (284-305), llevó a la Iglesia en el siglo IV a establecer un día para conmemorar a todos ellos, ya que el almanaque no alcanzaba para darles a cada uno su día. La fecha elegida fue el 21 de febrero. Sin embargo, en el 610 pasó a ser el 13 de mayo, día en que el Papa Bonifacio IV consagró el Panteón romano como templo de la Santísima Virgen y de Todos los Mártires.
Gregorio III (731-741) la transfirió al 1 de noviembre por la conversión al cristianismo de pueblos de tradición pagana. Estos pueblos, a pesar de la conversión, se negaban a abandonar sus raíces y fiestas. Se pensó que instaurando fiestas nuevas, que coincidieran en fecha y de similar apariencia doctrinal, con las antiguas o propias de estos pueblos, les sería más fácil a los nuevos creyentes ir abandonando sus antiguas creencias, sin que esto supusiera desechar su cultura e identidad.
De esta manera la víspera del 1 de noviembre coincidía con la festividad pagana, celta del Samhain, fiesta que marcaba el final del verano y de las cosechas para pasar a los días de frío y de oscuridad. En esa noche se creía que los límites entre el mundo de los vivos y el mundo de los muertos desaparecían completamente, permitiendo el dios de la muerte la comunicación de los vivos con sus antepasados. Los druidas o sacerdotes célticos, preparaban enormes fogatas y hacían conjuros intentando ahuyentar a los malos espíritus, mientras que el pueblo dejaba dulces o comida a la puerta de sus casas, para que los difuntos se fueran contentos y les dejaran en paz.
Esta festividad celta se fusionó de modo natural con algunas festividades romanas, como la fiesta de Feralia, el 21 de febrero, en la que con oraciones se ayudaba a la paz y el descanso de los difuntos. Y la festividad dedicada a Pomoma, 1 de noviembre, diosa de las cosechas y los frutos, cuyo símbolo es una manzana.
Cuando el cristianismo llega a los pueblos célticos, la tradición del Samhain no desaparece, pero sufre alguna transformación. En el calendario gregoriano, el 1 de noviembre pasó a ser el día de Todos los Santos; el Samhain pasó a denominarse All-hallows Eve (traducido "víspera de Todos los Santos") y, actualmente, por contracción de la expresión, Halloween; y por su parte, el día de Todos los Difuntos o día de Todas las Almas pasó a ser el 2 de noviembre.
¿Ya estáis listo para la celebración?
Os espero a la semana que viene. No faltéis.